"Nunca se tiene una segunda oportunidad de dar una primera impresión"

Cuando uno se encuentra frente una determinada situación comunicativa, adopta ciertas situaciones y elementos para dar conocer su mensaje. Es así que el emisor debe dar una buena impresión, es decir una buena comunicación. Porque esa es nuestra carta de presentación, la comunicación.
Como ya hemos dicho anteriormente, es imposible no comunicarse. La primera impresión es un proceso de percepción de una persona por otra que transcurre en muy poco tiempo. Habitualmente no somos del todo conscientes ni de la emisión ni de la recepción de las informaciones que la configuran.
El tiempo en que fragua la primera impresión varía entre dos y cinco minutos, a lo mucho, en el encuentro cara a cara, y escasos segundos en el enlace telefónico.
A estos hay que añadir: Cómo escucho, que completa el círculo de la comunicación.
El cómo hablo y de qué hablo, se perciben y analizan de un modo sucesivo, y el conjunto ha de ser coherente en su mensaje. La incoherencia entre canales causa distorsión o ruptura de la comunicación. Por el contrario, la armonía concentra la atención hacia las palabras y da confianza. Cuanta más congruencia haya entre lo que decimos y la forma en que lo decimos, más favorable será la primera impresión que causemos.
Cuanto más sepamos de: Nosotros, mayores serán nuestras probabilidades de transmitir de forma unívoca nuestra imagen mental y personal.
Los demás, con más exactitud podremos predecir las expectativas que ellos tienen respecto de nosotros, y mejor podremos conformar nuestras expresiones para que nos comprendan y la comunicación sea eficaz, eficiente y efectiva.

Componentes de la primera impresión:
1. Qué aspecto tengo (lo que ven, comunicación visual), color de piel, estrato social, sexo, edad. Apariencia (biotipo, postura, pelo, vestido, accesorios, olores, colores). Expresiones faciales, contacto ocular, movimiento. Espacio personal (corpulencia, altura, peso; posturas; distancias; objetos). Tacto (piel, tejidos)
2. Cómo hablo. La voz, en el caso del contacto telefónico se convierte en casi en única fuente de información, con la que tratarán de cubrir las lagunas que aportaría lo visual, la teórica primera fase: Rapidez, volumen, tono, calidad o timbre y articulación o dicción.
3. Qué digo “Las palabras” cómo enfoco los asuntos. Qué pienso y cómo lo expongo. Puede ser negativo: términos de relleno, expresiones restrictivas, términos exclusivos. Pero también positivo: estilo directo y afirmativo; no restrictivo, salvo que lo entendamos idóneo; sin disculpas ni evasivas; más simple en su sintaxis que por escrito, organizado; coloquial, conciso, animado; breve y puntual; incluso "participativo".
4. Cómo escucho. No interrumpir (si nos interrumpen debemos hacernos respetar): Dar señal de retorno, oímos y entendemos su mensaje. Utilizar los términos del interlocutor. Responderle. Demostrar interés pidiendo aclaración a lo que oímos.
